domingo, 10 de junio de 2007

Economia Global

Hoy en día la economía es una de las fuerzas más poderosas en el mundo entero.
Se puede decir que podemos definir economía global como “un sistema económico en el que las fronteras estatales no son el marco básico de actividad”.
Podemos decir que la fortuna económica del mundo se relaciona directamente con la tierra, la gente y con cada recurso que podemos encontrar en la tierra.Los factores de Globalización en la cultura y la economía de cada nación como recursos ambientales se consumen, la gente lucha para los derechos de trabajo básico, y el comercio equitativo se mantiene para fomentar crecimiento. Este mercado está en manos de aquellas corporaciones trasnacionales, las cuales forman un escenario económico, social y político en el que los ciudadanos, como tales, quedan reducidos en su voluntad, pues los gobiernos anteponen las presiones de aquéllas y de los organismos financieros mundiales a las necesidades de la población. En el contexto de tales limitantes se manifiesta el predominio de una ética de la ganancia que se expresa en la injusticia de la polarización de posibilidades reales de acceso al bienestar derivado de la economía global. La economía global ha generado un hombre simbólico creador, interpretador, receptor, consumidor, modificador y corruptor de la semiótica de la tecnología y de la sociedad, y cautivo de su propia creación, ahí donde la totalidad de los procesos humanos importantes están codificados y procesados en sistemas de cómputo: las finanzas, la política, la educación, el comercio mundial, con las enormes ventajas de acceso y registro casi inmediato de los datos, y los graves riesgos de pérdida y alteración de la información por causas tecnológicas y humanas diversas. El sistema económico global requiere la implantación de una amplia gama de normas. Este proceso ha sido más notorio en las instituciones supranacionales, especialmente en la OMC (Organización Mundial del Comercio) y el FMI (Fondo Monetario Internacional). Hay dos otros mecanismos menos visibles y notorios que han desempeñado un papel crucial: por un lado, un mundo completamente nuevo de organismos privados, como las entidades financieras y las agencias calificadoras de solvencia; por otro, una diversidad de medidas legislativas y judiciales adoptadas en los Estados nacionales para garantizar la protección de los capitales y mercados globales. Esta participación de los Estados nacionales en la implantación del sistema económico internacional no es nueva. Sin embargo, se ha intensificado enormemente a lo largo del último decenio con la globalización. La interacción entre el Estado nacional y la economía global es, por lo tanto, más compleja de lo que suelen retratar las imágenes del declive del Estado en un extremo del espectro, o la idea de que en realidad nada ha cambiado en el poder del Estado, en el otro extremo. Yo entiendo la línea entre las economías nacionales y la global como una nueva zona fronteriza. Se trata de una zona de interacciones político-económicas que producen nuevas formas institucionales y alteran algunas antiguas. Tampoco se trata sólo de disminuir las normas o reducir el papel del gobierno. Por ejemplo, en muchos países, la necesidad de contar con bancos centrales autónomos en el sistema económico global actual ha requerido la elaboración de regulaciones con el fin de desvincularlos de la interferencia de la rama ejecutiva del gobierno.

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